Resumen del Manifiesto Cosmopolita

Nuevo panorama
Ulrich Beck plantea la tesis siguiente: nos encontramos en un nuevo panorama, o sea,  un cambio radical de nuestra Modernidad basada en la Ilustración. Esta nueva perspectiva es clave en un punto: las personas eligen. Así, hay demanda de nuevas formas políticas y sociales para nuestro tiempo.

Distinción entre Primera y Segunda Modernidad
La Primera Modernidad tiene su fundamento en el  Estado - Nación como espacio y forma política, con un gran peso de la tradición. Es la Modernidad que abarca desde la Ilustración hasta el nuevo cambio radical al que alude Beck (recordemos que el libro se publicó en 1999).
En la Segunda Modernidad el Estado-Nación no es capaz de responder a las demandas exigidas por la sociedad; el Estado ya no es eficiente para afrontar los nuevos desafíos. Esta Modernidad comprende los procesos de globalización, individualización revolución de los géneros, subempleo y riesgos globales. Estos son los cinco procesos señalados por el autor como característicos de nuestra nueva época. El aspecto crucial de nuestro tiempo es que debemos dar respuesta simultánea a todos estos frentes. Por ello, el Estado- Nación resulta imperfecto e insuficiente como forma política adecuada para resolver los problemas propios de un mundo globalizado.

Segunda Modernidad y mundo globalizado
Para Beck, Occidente y las sociedades no occidentales comparten retos; por lo que cabe hablar de múltiples segundas modernidades. Se trata de comprender que nuestro mundo global no tiene una única Segunda Modernidad que ha tenido lugar en Occidente; sino que, simultáneamente, todas las regiones atraviesan esta Segunda Modernidad de una forma propia, originando múltiples modernidades en todo el globo terráqueo. China, India, África, etc, se hallan en la Segunda Modernidad pero cada zona posee sus propias particularidades.

Definición de riesgo

"Riesgo es el enfoque moderno de la previsión y control de las consecuencias futuras de la acción humana, las diversas consecuencias no deseadas de la modernización radicalizada" (pág 5). El autor pretende utilizar esta noción de riesgo señalando un aspecto positivo; la posible utilización de riesgo para establecer nuevas formas sociales y políticas adecuadas a nuestros nuevos retos. Por ejemplo, Beck menciona la inclusión de Los Verdes en el gobierno de  Gerhard Schröder en 1998 y su reconfiguración de las medidas para evaluar los riesgos.

Beck enumera las siguientes características de nuestra sociedad del riesgo financiero global y, por extensión, las del riesgo global:

  • Existe una interrelación entre dos conflictos, dos lógicas de distribución: la distribución de bienes y la distribución de males;
  • Los fundamentos del “cálculo de riesgo” han sido socavados: no es posible compensar financieramente daños como millones de desempleados y pobres; no tiene sentido asegurarse frente a una recesión global;
  • La “explosividad social” de los riesgos financieros globales se está haciendo real;
  • La institución del estado-nación se colapsa;
  • El riesgo implica siempre el tema de la responsabilidad, y la necesidad de “globalización responsable” se convierte en un tema público y político de alcance mundial;
  • Surgen nuevas opciones: proteccionismo nacional y regional, instituciones transnacionales y democratización.


Propuesta del Manifiesto

El autor que aquí se aborda plantea que ante el nuevo escenario en el que nos encontramos tan sólo cabe una nueva concepción: es preciso tratar los conflictos con una perspectiva transnacional-nacional a través de la resolución entre lo nacional y lo que excede este ámbito.
 Puede que un ejemplo permita aclarar este planteamiento: resolver una crisis de hambruna a nivel global en varios países de África no es posible tan sólo desde esos propios países (ya sea por falta de medios, guerras, etc), sino que los organismos supranacionales son necesarios para resolver eficazmente dicha hambruna. La combinación entre el ámbito nacional y el supranacional son determinantes para abordar el problema.
Empleando otras plabras, Beck afirma el fin de la época del Estado-Nación y la suplantación por el tiempo de los retos múltiples y globales. El riesgo puede ser empleado como concepto clave para elaborar respuestas que desde las naciones y los organismos supranacionales consigan articular una lógica del cálculo, control, previsión y planificación misma de los riesgos.
Para defender su tesis, el autor defiende que vivir sólo significa vivir socialmente (p.16), que nuestros retos son "glocales" (p.23) y que necesitamos partidos cosmopolitas para nuestras "comunidades no territoriales de riesgo compartido" (p.26).










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